La protesta de las amas de casa ante la incesante subida de los precios en artículos de primera necesidad está justificada. El Gobierno ha anunciado una serie de medidas para cortar de raíz el abuso que desequilibra las economías medias, esteriliza los convenios colectivos y daña gravemente el desarrollo real del país. La opinión pública solicita de las autoridades un acción enérgica e inmediata.