Feliz retorno de la nave espacial “Apolo VII” que aterrizó sobre la superficie del Océano Atlántico a las doce y tres hora española, después de dar ciento sesenta y tres vueltas a la Tierra en once días. El helicóptero trasladó a Eisele, Cunningham y Schirra al portaviones “Essex”.
Aquí vemos a Hitler saludando a los soldados en el frente.
El ejército alemán ha roto la barrera del Escalda y se apodera de Gante, con lo que queda abierto el camino hacia el litoral Belga, así mismo se confirma la toma de Boulogne, lo que coloca a las tropas alemanas a 50 kilómetros de la costa inglesa.
Oficialmente, se dice que no es posible dar noticias, y es que, en muchos casos, no se sabe los lugares donde están los destacamentos de cada bando. Se están librando, actualmente, cinco grandes batallas; la primera, muy encarnizada, para la posesión de los puertos del Canal; la segunda es la de Amiens; la tercera es la de Bapaume; la cuarta batalla la constituye la ofensiva alemana al Sur de Sedan. La quinta es la que libran británicos y belgas para contener a las divisiones alemanas en el Escalda. La distancia más breve entre las dos alas de la brecha es la que va de Bapaume a Péronne, a unos 22 kilómetros. El ejército francés y británico estaban, al parecer, preparados para la defensa a todo lo largo de la frontera Belga, desde la línea Maginot al mar; pero no para la guerra de movimiento.
En la portada tenemos los protagonistas de la tremenda lucha que se sostiene en Bélgica y Francia; Winston Churchill y Reynaud.
El ejército alemán ha atravesado el Escalda y el Sambre. Toma una posición fortificada de la línea Maginot y tiene en sus manos San Quintín, mientras en Francia, el general Weygand sustituye a Gamelin en el mando del ejército.
Ya está delineado con trazos de fuego el panorama de la guerra en Bélgica y Francia, quedando modificada la estrategia estática se lucha en campo abierto. Nadie sabe lo que ocurrirá en la gran batalla del Mosa, lo mismo puede ser una batalla trascendental para el curso ulterior de la guerra, que una mera batalla sin grandes consecuencias para el futuro de Europa; y se está jugando hoy en la guerra, no sólo el futuro de Europa, sino del mundo entero. Las reservas de hombres y de recursos materiales en el Imperio británico, y acaso la de los Estados Unidos, podrán convertir el conflicto europeo en un conflicto de continentes contra continentes.
En menos de cinco días, los alemanes han conseguido reducir a Holanada, aunque materialmente no hayan ocupado la totalidad del país. La capitulación del ejército neerlandés – excepto en las islas de la provincia de Zelanda, por debajo de Rotterdam- significa un serio peligro para Bélgica, muy particularmente para Amberes, de la cual los alemanes sólo distan ya 35 kilómetros. Bélgica, atacada por el Este, puede serlo pronto también por el Norte. Todo el territorio al Este del Mossa está ya dominado por las tropas alemanas y Bruselas puede encontrarse dentro de poco entre dos fuegos.
Esta portada corresponde al número extraordinario de la gran aventura espacial. Estos son los primeros pasos indecisos de los cosmonautas rusos y americanos en el espacio y que constituyen, posiblemente, el máximo acontecimiento del año.
El ataque alemán en todos los frentes adquiere extraordinaria violencia. La lucha es encarnizada. La ciudad de Lieja y gran parte de esta provincia Belga, se encuentra en poder de los alemanes, que también avanzan en Holanda, sus ataques principales se van desenvolviendo entre los ejércitos holandés y belga, y la presión más fuerte se establece en las cercanías del canal Alberto, en Maastricht. Se avecina la batalla más grande de la historia, y Churchill lo ha repetido esta tarde en la cámara de los comunes, al hacer una breve y marcial declaración de Gobierno. “Perdonadme, la falta de solemnidad. Nuestra aspiración es una: victoria, a pesar de todos los terrores, porque sin ella no hay supervivencia para el imperio británico. No tengo nada que ofreceros, sino sangre, fatigas, lágrimas y sudor. Estamos ante la fase preliminar de una de las más grandes batallas de la historia…”
Hay otras cosas que ocurren y que aún no han pasado el periodo de tanteo. El parte alemán sobre la toma del fuerte Lieja, decía que sus mil defensores se rindieron después de emplear los alemanes un nuevo método de ataque aéreo en cooperación con las unidades del ejército, ¿es el arma secreta de la que Hitler habló como decisiva para la guerra? La radio italiana llama así a los experimentos que, al parecer, se han hecho con éxito excelente en los Países Bajos.
Esta portada recoge una de las pruebas del Concurso hípico que, con participación de numerosos jinetes, se está disputando en estos días en el Palacio de la Magdalena, sito en la ciudad de Santander, capital de Cantabria.
Asistimos, en la tremenda guerra europea, a novísimos métodos de combate. Sorpresa, rapidez, velocidad, algo fulminante, como el rayo. Ahora, los paracaidistas descienden en la retaguardia enemiga para apoderarse de aeródromos y nudos de comunicaciones.
En medio de las noticias, ya confusas, ya contradictorias, se puede entrever lo siguiente: Los alemanes no han repetido el error de la guerra pasada y se han apoderado de Maastricht, han cruzado el Mosa y han llegado hasta el Canal de Alberto, en el Nordeste de Bélgica, que de Amberes conduce a Lieja. De Maastricht a Lieja sólo hay una distancia de 25 kilómetros. Los alemanes afirman que uno de los principales fuertes de esta ciudad, ha capitulado. La parte belga lo niega. Mas al norte, en la región del Yssel, las tropas del Reich han ocupado Arnhem y presionan hacia Deventer con el fin de llegar al Zuidersee, que dista de su posición actual menos de cincuenta kilómetros, operación mediante la cual cortarían a Holanda en dos pedazos. Finalmente, en el extremo Nordeste de Holanda, frente a Emden, parece que los neerlandeses resisten el empuje alemán. Sin embargo, en los dos primeros días de la nueva fase de la guerra, se caracteriza por la toma de posiciones cerca de las principales líneas de resistencia.
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